[meniño][neno] [memiño] | |
ALÍ AS MENIÑAS. Alí de illic. As meniñas; individualiza el poeta la gente que suele concurrir en el dicho Chan. Meniño y meniña, nêno y nêna, son voces muy usadas en Galicia para significar chicos y chicas, tal vez muchachos y muchachas, aludiendo a la corta edad y estatura, si bien confundiendo a veces una voz con otra. Propondré una raíz latina que lo abrace todo. De la voz minimus, que es el superlativo de la pequeñez en estatura, edad, número, etc., transponiendo la N y la M se forma miminus , y mudando la I primera en E, meminus, memino , y ñeñeando la N (como se dijo explicando la voz pequêno ) memiño. Y significa en gallego la voz memiño el dedo menor o mínimo de la mano, que en latín se llamaba auricularis, en castellano menique, en latín bajo minimellus, y en teotisco o gótico, según el Glosario de Schiltel, minechleno. En Galicia enseñan a los niños a contar y discernir los cinco dedos de la mano, con la fórmula siguiente: Este ê ô memiño, este ê seu veciño, este é ô dô medio, este ê furabolos, e este ê matapiollos,
que es el pulgar, y el índice se llama fura-bolos porque con él se tienta si el bollo está duro o blando. De la misma voz dicha minimus , mudando sólo la segunda M en N: mininus; y la I primera en E meninus y menino. Como menino se usa en Castilla y significa aquel niño o niña de alta nobleza que, para divertir a los infantes o infantas reales, se crían en su compañía en los palacios. Cuando la reina Dido se quejaba de que con la amistad del fugitivo Eneas no le hubiese quedado un hijo que en el todo se pareciese a su padre y tuviese el mismo nombre, no señala al deseado niño Eneitas otro ejercicio que el de juguetear y enredar en su palacio: " si quis michi parvulus aula / luderet Eneas qui te tamen ore referret ". Con mucha propiedad habló así Virgilio, pues no hay más que un niño, como dicen, en el mundo; que sea hijo de pobre, de rico, de rey o de emperador, todos los niños gustan travesear y no estar quietos; pero quieren compañía de la misma edad; y a ese fin se introdujeron los meninos para los infantes, y las meninas para las infantas. No dudo que la misma voz menino, pronunciada a la castellana no es otra que la de meniño pronunciada a la gallega, y que el latín puro minimus es la raíz de las dos. Añado, que llamando también los gallegos mênêno al niño, se descubre en la misma raíz el origen del castellano niño y del gallego nêno con sólo acortar las dos voces, mê-nêno me-niño; y más siendo cierto que niño y neno significan una misma cosa. En vista de está natural analogía, no se necesita recurrir a otras lenguas para asentir al propuesto origen de las voces memiño, meniño, menêno y nêno de los gallegos, y de los castellanos menino y niño, y acaso el dedo menique, diminutivo a imitación del dedo minimellus o minimico, minico, menico y menique. Es difícil hallar el origen de una voz, cuando sólo es la mitad de otra voz polisílaba, y siempre será voluntario, si la mitad y el todo de la voz no significan la misma cosa. Explicaréme: dice Covarrubias que la voz tártago es la misma que tártaro; pero sobre que la R no pasa a G hay el estorbo de que tártaro no significa una hierba como la significa la voz tártago. La hierba que se llama en la botánica lathyris y cataputia, se llama en gallego herva rateira, porque con ella se matan los ratones, y también en Galicia y en castellano tártago, porque así ella como sus granos hacen purgar violentamente. Discurro pues que tártago como voz nada significa, pero como eco de la voz cathartico significa lo mismo que ella, y así el eco como la voz significan la virtud de la dicha planta lathyris . En vista de lo dicho se palpa que la voz tártago se truncó de pharmacum catharticum o de granum catharticum que quiere decir grano purgante, y por lo mismo se debe escribir con TH, v. g.: cathartico, tharteco, thartaco, thártago. Del mismo modo se justifica que niño y nênô ecos de las voces meniño y menêno ; pues así los ecos como las voces significan una misma cosa, ésta es, a un chiquillo de poca edad en su primitiva significación, y a un muchacho o muchacha en la segunda. Dejo atrás etimologías que alguno pudiera proponer en virtud de lo que leyese (y leí también) en los Glosarios de Du Cange, Skinner , Schilter; en los etimológicos de Vossio, Martinio y Covarrubias; en los Origines de la Lengua Francesa y Italiana de Mr. Menage, y en el Vocabulario del padre Bluteau y de la Academia Real de la Lengua Castellana, y en el de la Crusca de la útima edición. No he tomado la pluma para copiar sino para discurrir a mi modo, según mi tal cual lectura y mis observaciones, sobre lo poco que sé de la lengua gallega; y sobre la cual no he visto ni sé que haya escrito alguno.Colección 1746-1770 |