Aceite.

Aceite. Líquido graso que se extrae de las aceitunas y de otros frutos y semillas, como las nueces, almendras, linaza, etc., y también de algunos peces y cetáceos, tales como la sardina, el bacalao, la ballena, etc. El aceite doce, aceite da oliveira o aceite da alcuza, que de estas tres maneras se llama en Galicia al aceite común o de olivas, a parte de su uso en la economía doméstica, tiene entre nuestros campesinos, múltiples aplicaciones. Sus virtudes medicinales son bien conocidas. Considérase específico infalible contra las enfermedades de los oídos, aunque en esto entra en mucho la superstición, pues para que surta efecto, es necesario que sea aplicado en un templo en el que se venere algún santo abogado de aquel padecimiento. Tal se observa, por ejemplo, en la iglesia parroquial de Santa Marta de Babío Santa Marta es abogada de los sordos, a donde, el 29 de Julio y primer domingo siguiente de este día, acuden infinidad de enfermos, mujeres en su mayoría, a botar o aceite (echar el aceite), operación que ejecuta el sacristán mojando un pincel en el óleo de la lámpara e introduciéndolo repetidas veces en los oídos de los pacientes, acompañando a la acción, ciertas palabras, ensalmos y oraciones.- El aceite de miñocas (lombrices de tierra) es el mismo aceite de olivas después de haber frito en él algunos de aquellos gusanos. Usase en unturas contra los cólicos y dolores reumáticos. El aceite de pau (aceite de palo) es también el aceite común mezclado con el zumo de las flores y hojas de los cascamelos (plantas parecidas a los ajenjos), y sirve para curar heridas.- Llámase aceite rustrido al aceite frito o hervido en la sartén. Los labradores untan de aceite muchas de las herramientas de su oficio para que no se oxiden. Lo propio hacen con las cerraduras para que corran, y con otros enseres de cerrajería, pues el aceite, como ellos dicen, é medio ferreiro. Hay ciertas costumbres supersticiosas en las que no puede prescindirse del aceite. Bien conocida es la creencia de que, untando con dicha sustancia las patas de los gatos que se traen a casa por primera vez, ya no se escapan ni se pierden. De aquí, que en sentido figurado, se le diga a una persona amiga a quien se ve pocas veces, que hay que untarle los pies con aceite, expresando de este modo, el deseo que se tiene de verla con más frecuencia.- Cuando a alguno se le quiere mal, para que se vaya a fio seco, o se seque, es decir, para que se muera por consunción, se echa aceite en la lámpara del Santísimo, pronunciando al propio tiempo ciertas peticiones, etc. El aceite de pescado tiene un consumo muy limitado en nuestras aldeas. Del que más gasto se hace, es del de sardinas, dicho en gallego saín, que es el que usan los campesinos para alumbrarse. Arde en el candil de hierro de los denominados romanos, útil que va cediendo su puesto al candil de hoja de lata llamado también de gas (de petróleo). Loc.- Dar aceite; adular.

Aceite, cuerpo graso o líquido extraido de la aceituna y de otros frutos o semillas.

El aceite de oliva, según afirma el Licenciado Luis Molina en su obra Descripción del antiguo Reino de Galicia, ya se cosechaba en gran abundancia en la provincia de Ourense allá por el siglo XVI; y aun podía cosecharse actualmente en otras comarcas gallegas, pues en la Exposición regional de Lugo, de 1896, se presentaron varias muestras, que eran producto de las oliveiras del valle de Quiroga, donde a principios del siglo XIX se producían más de 3.000 arrobas. Un crecido impuesto con que fueron gravados los olivares de Galicia, hizo que se talasen casi todos los del país, no solo los de Quiroga sino también los de Valdeorras y Betanzos, donde se cultivaba el aceite con excelentes resultados. Los olivos orensanos de la cuenca del Miño y otras zonas de dicha provincia, en la que su número era mayor, se substituyeron por la vid.

Nuestros labradores untan con aceite las herramientas de hierro que emplean en sus labores, para que no se oxiden durante el tiempo que no las usan; y lo propio hacen con las PECHADURAS y otros enseres de cerrajería y ferretería, porque como ellos dicen: o aceite é medio ferreiro, y así se ahorran el gasto y la molestia de llevar esos enseres a la FORXA. Aparte de las virtudes medicinales que se reconocen al aceite, considérase también imprescindible su empleo en algunas supersticiones gallegas. Hay la creencia de que untando con él las patas de los gatos, que se traen a casa, ya no se escapan ni se pierden. Por eso, a la persona amiga a la que se ve pocas veces, suele decírsele que hay que untarle los pies con aceite, indicándole con ello el deseo de que se deje ver con más frecuencia. Cuando una persona aborrece a otra o quiere vengarse de ella, no faltan quienes afirmen crédulamente que si logra echar aceite en la lámpara del Santísimo y pronunciar ciertos ensalmos, conseguirá que la persona odiada se vaya a fío seco, extenuándose. Considérase además específico infalible el aceite contra las enfermedades de los oídos, si se aplica en un templo en el cual se venere algún santo ABOGOSO de ese padecimiento. El día 29 de Julio y primer domingo siguiente, acuden a la iglesia de Santa Marta de Babío (Santa Marta es abogada de los sordos), muchos enfermos, mujeres en su mayoría, de la comarca MARIÑAN, para que les echen el aceite, acción que realiza el sacristán, mojando un pincel en el óleo de la lámpara e introduciéndolo varias veces en los oídos de los pacientes, al mismo tiempo que pronuncia ciertas palabras, ensalmos y oraciones.

Aceite de alcuza, el de oliva que se tiene para los usos domésticos en la alcuza, la cual se llama también ACEITEIRA por eso mismo.

Aceite da oliveira, el puro de oliva, que se utiliza generalmente como condimento y se emplea, además, en muchos actos y ceremonias de la liturgia católica.

Aceite de alacrán, el que se obtiene friendo un alacrán en aceite común de oliva. Formó parte de la farmacopea antigua, porque se creía que curaba la picadura del arácnido poniéndolo sobre la parte picada.

Aceite de balea, aceite de ballena, substancia grasa que en algunos países del Norte sirve para el alumbrado. Es un líquido amarillo que tiene las mismas aplicaciones de los aceites de pescado de poco precio, y se empleó para falsificar el aceite de hígado de bacalao. En los pasados tiempos se obtenían grandes cantidades de él en los puertos de Cedeira, Cée, Malpica, San Ciprián, Burela y otros del litoral gallego, en que se practicaba la pesca de la ballena en gran escala.

Aceite de miñocas, el aceite común después de haber frito en él algunas lombrices de tierra, que en muchas de nuestras aldeas se usa en unturas contra los cólicos y dolores reumáticos.

Aceite de pau, es también el aceite común mezclado con el zumo de las flores y hojas de los CASCAMELOS, que son plantas parecidas a los ajenjos. Empléase para curar heridas.

Aceite de sardiñas, la grasa de las sardinas, que comúnmente se llama SAIN.

Aceite doce, nombre que también se da en nuestro país al aceite da alcuza y al aceite da oliveira.

Aceite rustrido, el aceite frito o hervido en la sartén, con unos dientes de ajo y un poco de pimentón que se le echa momentos antes de retirarlo del fuego, y que se emplea para condimentar guisos.

Botarlle aceite ó lume, dar pábulo a una disputa, irritar los ánimos o encender más las pasiones entre varios.

Darlle aceite a un, adularlo.

Deixar fritir a un no seu aceite, dejarlo con su tema u opinión; no entablar porfía con tercos.

Nadar coma o aceite na auga, prevalecer unan cosa sobre otra.

FRAS. Aceite, carne, pantrigo e sal, mercadoría real. Aceite, no alto; viño, no medio; mel, no baixo. Aceite, o de enriba; viño, o do medio; mel, o do fondo. Aceite, viño e amigo, millor canto máis antigo. Bota ben aceite á sartén, e fritirás ben. Co aceite non se pode andar sin se lixar. Moito aceite na sartén, se queres fritir ben. O aceite da oliveira cura as doenzas. O aceite das cepas cura moitas doenzas. O aceite é armeiro, reloxeiro, cociñeiro e curandeiro. O aceite, en calando; a manteiga, en ruxindo. Pouco aceite dan por un carto. Quen aceite mestura, as mans se unta.

(v.c.) aceite; V. faba de aceite y pedra do aceite.