Y finalmente con la susodicha Autoridad Apostólica concedemos tambien á los Cofrades, Capellanes, Administradores, oficiales, criados, Peregrinos, pobres referidos, y á todas y cualesquier otras personas de ambos sexos que por tiempo murieren en el dicho Hospital, continuando igualmente en la sinceridad de la feé, unidad de la Iglesia Romana, y en la obediencia y devocion nuestra ó de los nuestros subcesores remision plenaria de todos sus pecados, de los cuales estubieren contritos, y confesados, no obstante las constituciones, y ordenanzas Apostólicas, S cualesquier otras cosas en contrario.
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